Hasta que llegó la candidatura de Capital Cultural en 2016. A partir de ahí, empezó una revolución cultural en nuestra ciudad. Museos, ciclos culturales, conservación y reconstrucción del patrimonio histórico, construcción de nuevas instituciones culturales, etc.. Gracias a todo esto, Málaga ya no es sólo una ciudad enfocada al turismo de sol y playa, sino que poco a poco, se va colocando dentro del calendario cultural a nivel andaluz y español. Definitivamente, y en el caso de que al final no saliera vencedora en las votaciones (hay otras candidaturas españolas muy fuertes) no sería un tiempo y dinero malgastado, ya que gracias a dicha candidatura, Málaga está creciendo y crecerá como nunca antes lo había hecho y del que nos beneficiamos y beneficiaremos todos sus ciudadanos y los turistas que vengan a visitarnos.
Cristina Acero Domínguez
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