Características
Generales
Su origen es griego, pero se diferencia de éste en que tiene planta semicircular, y no circular.
Esta modificación se realiza para conformar una sola estructura entre la escena
y el graderío. La decoración de todo el conjunto es lujosa: mármoles, columnas,
inscripciones... en especial en la escena, donde se aplica todo el diseño de
órdenes de los arquitectos romanos.
Constructivamente, la estructura los teatros podían tener dos formas de diseñarse: directamente al suelo o con estructura de sustentación. Por lo general se ubicaban en zonas adecuadas para que gran parte de la grada se acomodase directamente sobre el suelo, esto es, en las laderas de montañas o cerros. Las partes que no se podían beneficiar de esta situación se estructuraban con pilares de hormigón romano y pasillos abovedados. Lo normal es que la zona más alta de las gradas, la summa cavea, siempre se acomodase sobre una estructura artificial.
Las formas de diseñar la estructura también variaron: primeramente se hacían muros radiales abovedados que
conformaban espacios interiores vacíos, más tarde de utilizaron galerías circulares también abovedadas
que además servían de pasillos, y por último se utilizó una mezcla de estos dos sistemas. Para su estudio podemos establecer tres zonas bien
definidas: la scaenae, la orchestra, y la cavea.
Podemos
dividirla en varias partes:
1.
Proscaenium: Espacio donde actuaban los actores, situado sobre el podium
entre la orchestra y la scaenae frons. La parte más cercana a la
orchestra, y en ocasiones algo más elevada, se denominaba pulpitum. Su
superficie solía estar cubierta de madera. Bajo él se sitúa el hiposcaenium,
cámara oculta para mecanismos y decorados. En su alzado de la orchestra se
levanta una fachada denominada frons pulpiti. Podemos decir que es el
escenario donde se mueven los actores.
Durante
los siglos se fijaron diversas formas en su diseño:
- Planta rectilínea, sin exedras ni nichos y con la frons pulpiti sin decoración o con pilastras.
- Planta con exedra central, semicircular y con otros dos entrantes menores rectangulares a sus lados.
- Planta con tres exedras, semicirculares que eran intercaladas con cinco entrantes rectangulares intercalados.
2.
Scaenae frons: Es el muro monumental que delimitaba el proscaenium
en su parte posterior y, sin duda, elemento más espectacular de la scaenae.
Se componía de uno o varios órdenes superpuestos con sus columnas y
entablamentos, coronados un tejado
inclinado con doble función: de protección y acústica. En él se abrían tres
puertas, una central o valva regia y dos laterales o valva
hospitalarium.
3. Postcaenium: Es el conjunto de dependencias situadas detrás de la scaenae frons, vestuarios, pasillos, camerinos...
4. Parascaenium: Dependencias situadas a los lados de la scaenae frons. En ellas se abrían dos puertas itinera versurarum que comunicaban directamente con el Proscaenium.
5. Porticus postscaenium: La fachada exterior de la escena, con órdenes de arcos ciegos y en ocasiones formando un patio posterior.
La orchestra: Espacio
semicircular situado entre la scaenae y la cavea. En su origen griego, además
de circular, era el sitio donde se colocaba el coro que acompañaba las representaciones.
Su
zona curva está rodeado por unas gradas -Poedria- destinadas a los
grandes personajes de la ciudad: procuradores, senadores, jueces... Se accedía
por unos grandes pasillos abovedados laterales -aditus- sobre los cuales
se ubicaban unos espacios para espectadores especiales llamados tribunal.
En
su frente, delimitándola en su zona recta, se levantaba el frons pulpiti
que es la fachada del podium de la scaenae. Se componía de exedras y nichos
decorados con pilastras. Además solían tener escaleras de acceso a la scaenae.
La cavea: Es el graderío donde se acomoda el público que asiste a las obras. Su estructura general lo divide en tres zonas horizontales en altura, cada una de ellas reservada a un tipo de espectador: la imma cavea, la media cavea y la summa cavea.
- La imma cavea es la zona situada más abajo, la más cercana al escenario. El público de esta zona es de la alta sociedad de la época y por lo general solo hombres, aunque en algunas ciudades se admitían a mujeres, también de alta alcurnia. Suele ser la zona que más filas de gradas posee, ya que, al ser la que tiene un radio menor, en cada una caben menos espectadores.
- La media cavea está dedicada al público en general y situada a continuación de la imma cavea. Como en esta, lo normal era que solo se admitiesen hombres. En caso de que el teatro no tuviese unas dimensiones suficientes para la construcción de la summa cavea, también las mujeres y niños asistían a las representaciones en esta zona.
- La summa cavea situada en la parte superior del escenario, albergaba a las mujeres y los niños. Los teatros más pequeños suprimían esta zona, ya que implicaba la ejecución de unas estructuras más complicadas, además del espacio necesario.
Estas
zonas solían separarse entre sí con unos muretes perimetrales de 1,20 m . de altura llamados baltei,
que limitaban los pasillos horizontales o "praecinctios" que
comunicaban las escaleras y las puertas. Sobre la última de las zonas de grada,
la summa o media cavea, según el caso, se construían pasillos porticados "porticus"
al interior que ramataban el conjunto del graderío.
Verticalmente, también podemos establecer varias partes:
Verticalmente, también podemos establecer varias partes:
- Scalaria o escaleras para acceder a las distintas gradas. Terminan en los pasillos o "praecinctio" que comunicaban con los "vomitorium", puertas y pasillos de entrada o salida de las gradas.
- Las cunei o cuenus, son las zonas en forma de cuña en que se dividen las gradas por efecto de la compartimentación que ejercen las escaleras.
El exterior de los Teatros
está directamente relacionado con la orografía del terreno en la que se
construyó: si las gradas apoyan sobre una ladera o no. En cualquier caso el
exterior, generalmente, está compuesto por una sucesión de órdenes de columnas
y arcos -en el primer piso- o pilastras con arcos ciegos -en los superiores-
que son reflejo del interior, tanto de la cavea como de la frons
scaenae.
Las Representaciones
Las Representaciones
La conquista de las
ciudades griegas del sur de Italia, en los siglos IV y III a.C. permitió a los
romanos conocer el teatro como género literario y como estructura
arquitectónica. Según el testimonio de Tito Livio, en el 364 a .C. tuvieron lugar en
Roma las primeras representaciones escénicas, dentro de una serie de actos
rituales destinados a combatir una epidemia de peste.
Si en sus orígenes
el teatro latino era una
celebración cultual, pronto se independizó y quedó exclusivamente como espectáculo de entretenimiento,
sufragado por los magistrados que buscaban con ello ganar popularidad. Esto
explica la preferencia que los romanos
sintieron hacia la comedia y la escasa popularidad de la tragedia.
El mayor éxito de
la comedia podía explicarse también porque el público romano estaba
acostumbrado desde antiguo a las danzas escénicas de los etruscos, en las que
se mezclaba las chanzas fescenninas con burlas, mimos y cánticos.
Los actores eran
siempre varones, que podían representar varios papeles, incluso femeninos,
cambiando de indumentaria y de peluca (en la comedia no usaban máscaras como
los actores griegos).
Los
primeros teatros aparecieron en el siglo III a.C., pero eran estructuras
provisionales levantadas para cada ocasión. Los primeros edificios de piedra se
erigieron a mediados del siglo I a.C., pero en ellos se aprecian diferencias
significativas con respecto a los teatros griegos.
Los griegos solían
aprovechar una ladera o un declive del terreno para disponer el graderío
semicircular, mientras que los romanos valiéndose de arcos y estructuras
abovedadas pudieron levantar edificios
exentos. La práctica eliminación del papel del coro en las
representaciones romanas, conllevó que la zona semicircular que le estaba
reservada quedase notablemente reducida.
El escenario romano
disponía de un decorado fijo (frons scaenae), que simulaba una
estructura arquitectónica: una especie de edificio con tres puertas, adornado
con tres pisos de galerías columnadas, que se acomodaba a la convención de que
la acción tenía lugar en plena calle, delante de tres casas.
·
La
comedia: Plauto y Terencio
La comedia latina más conocida, la de
Plauto y Terencio, corresponde al tipo denominado fabula palliata, que toma su nombre del pallium, una especie de
manto griego con el que se cubrían los actores. Se trata de representaciones en
las que los personajes y la
ambientación son griegos. La fabula togata, en la que los
personajes y los argumentos eran puramente romanos, no tuvo éxito en Roma.
Los comediógrafos
traducían o adaptaban obras griegas, y ocasionalmente se valían del
procedimiento llamado contaminatio,
que consistía en superponer dos argumentos de comedias griegas.
Las obras de los
gramáticos conservan fragmentos de tragedias de los siglos III y II a.C., y
tenemos noticia de que Andronico, Nevio, Ennio, Pacuvio y Accio hicieron
traducciones de originales griegos. Parece ser que fueron autores de época arcaica quienes conocieron mayor éxito con sus
obras trágicas. En el siglo I a.C., en la época de Augusto, la tragedia
fue cultivada por Vario Rufo y Ovidio, y en el siglo siguiente por Curiato
Materno y, especialmente, por Séneca.
La tragedia romana
tenía en Eurípides el modelo fundamental. El coro es una
especie de comparsa con un locutor, y la danza ha desaparecido, si bien abundan
las partes cantadas, monódicas y corales. Siempre hay una intención moralizadora. Los temas
principales son: el destino y las consecuencias de las acciones arbitrarias.
Teatro de Marcelo
De los tres teatros existentes en
Lo inició César, en
ejercicio de sana emulación frente al Teatro de Pompeyo, y lo terminó Augusto,
a nombre de su sobrino y yerno, Marcelo, entre los años 13 y 11 a . C. Fue un gesto de
piedad paternal hacia el príncipe fallecido unos años atrás.
Tal y como hoy lo vemos en la vía de su nombre, el Teatro
de Marcelo es fruto de una meritoria labor de restauración y liberación de
postizos y vecinos indeseables llevada a cabo entre 1926 y 1932. En la fecha de
su edificación original, los romanos habían acumulado una experiencia de siglos
construyendo teatros y anfiteatros de madera, no sólo en terrenos en cuesta,
como los griegos hacían sus teatros, sino en suelo completamente llano, de modo
que la construcción de graderíos inclinados, sobre andamios de costillas
radiales y ambulacros curvos, no encerraba ya secretos para ellos.
Bastó con trasladar sus experiencias al hormigón y a la
piedra, para que el edificio teatral en suelo plano, con la escena y la cávea
en un solo cuerpo, y no en dos como los griegos lo hacían, pudiera figurar en
su palmarés ingenieril.
Travertino de la cantera del Barco, cerca de los Baños de Tívoli, es el material de fachada, el mismo que el del Coliseo. Y también como en éste las arquerías se revisten de los órdenes clásicos superpuestos, en este caso el dórico (toscano) abajo y el jónico encima.
A partir de aquí la restauración moderna ha respetado la fachada curva del palacio medieval de los Savelli, diseñado a principios del siglo XV por Baldasarre Peruzzi. De este modo el edificio conserva la altura de
Restos de la infraestructura de la cávea subsisten en los
sótanos del llamado desde el siglo XVIII Palacio Orsini. Allí se han puesto al
descubierto algunos arcos de opus quadratum de toba con tabiques de hormigón,
revestidos de reticulatum. Un corredor anular, moderno, sigue la línea del
ambulacro antiguo por debajo de la praecintio que deslindaba la zona del primer
maenianum de la del segundo, toda ella asentada en bóvedas sobre robustos muros
radiales. Algunos paramentos de opus latericium, trabados con el hormigón, y
por tanto de época de Augusto, aislaban de la humedad el ambulacro que separaba
los dos sectores del graderío.
"Es admirable -escribe Lugli- el efecto que produce
aquella sucesión de arcos, aquel potente juego de masas de piedra oscura, y
aquella hábil alternancia de pasadizos y de sotoescalas que forman la
infraestructura de la cávea". Edificios en hueco, espacios articulados,
construcciones funcionales como los opera arcuata de los acueductos -v. gr. el
tarraconense de las Ferrera.- o los altos pilares y arcos de grandes depósitos
de agua como la
Piscina Mirabilis del cabo Miseno, capaz de abastecer a toda
la flota, o quizá la más modesta, pero también impresionante cisterna de las
Catacumbas de Monturque (Córdoba), construcciones funcionales, sí, pero al
mismo tiempo obras de arte y no menospreciables por no ser clásicas.
El teatro reservaba a sus primeros visitantes un escenario
que parecía la petrificación de un mural del tercer estilo y que daría la pauta
a seguir para muchos teatros imperiales (v. gr. Mérida e
Itálica, éste en vías de reconstrucción). El enorme paredón del fondo del
escenario se había convertido en una auténtica scaenae
frons, ricamente articulada en salientes y nichos, y decorada con órdenes
superpuestos de columnas exentas. La parte central, dividida en tres tramos,
correspondientes a otras tantas puertas, servía de fondo a la tarima en que se
movían los actores, y estaba flanqueada por dos aulas perpendiculares, de
cabecera absidada y no visible desde la cávea. Ellas enlazaban la scaenae frons
con los extremos del cuerpo del graderío y con la enorme exedra descubierta del
porticus post scaenam, en cuyo centro ajardinado se alzaban las dos ediculas
que reemplazaron a sendos templos derribados para hacer sitio al teatro, uno de
ellos, según Plinio,
dedicado a Pietas, el otro no sabemos a quién (¿Diana?).
El diafragma de los órdenes, antepuesto a la pared, satisfacía plenamente al afán romano de hacer fachadas en todo género de edificación. De tiempo atrás, levantaban los romanos en sus espacios urbanos arcos triunfales y honoríficos. Augusto tuvo uno, conmemorativo del triunfo de Accio, o tal vez dos, en el Foro Romano, junto al templo de Divus Iulius; pero éstos estaban revestidos de mármol y enriquecidos con columnas, entablamentos, áticos y estatuas que había que poner en relación armónica con el arco, una nueva experiencia para los romanos. De los arcos pasaron a las puertas de ciudades, como la espléndida Porta Borsari de Verona y el hoy malparado, pero en su día suntuoso Arco de Medinaceli, dedicado por la ciudad celtibérica a los nietos malogrados del emperador.
El edificio sufrió un incendio en época de Tito siendo reconstruido posteriormente
pero, lentamente, fue cayendo en el olvido. Hasta el punto de que el lugar fue
elegido para las obras llevadas a cabo en el Campo de Marte pensando que en el
lugar (entre las iglesias de Santa Caterina dei Funari y San Stanislao dei
Polacchi) no escondía tesoro arqueológico alguno. Y fue allí precisamente dónde
salió a la luz la Cripta
Balbi (hoy centro del Museo Nazionale Romano dedicado,
principalmente, a escultura), anexa al teatro primigenio y que desde el pasado
año 2010 y tras 20 años de restauraciones, ha sido abierto al público creándose
un espacio dedicado a los modos de vida del siglo I y que, desde el pórtico del
teatro de los Balbos (en continua excavación) y atravesando los diversos
recintos que componen el Museo (desde la cripta hasta el Palacio Altemps -s.
XV-, el Palacio Massimo alle Terme -s. XIX- y las Termas de Diocleciano).
Teatro de Pompeyo
El Teatro de Pompeyo (Theatrum Pompeium en latín) fue un antiguo edificio público de la ciudad de Roma. Edificado durante la República, en torno al año 55 a. C., se mantuvo en uso hasta el siglo V d.C.
Fue uno de los primeros edificios permanentes de la ciudad de Roma, y el primer edificio de la ciudad construido en mármol, lo que también le valió el apelativo de teatro de mármol (theatrum marmoleum en latín). No era simplemente un teatro, sino que contaba además con un jardín decorado con estatuas de grandes artistas y actores así como con un espacio destinado a encuentros públicos. El teatro se coronaba con un templo dedicado a Venus Victoriosa (Venus Victrix en latín), deídad personal de Pompeyo. Esta particularidad del templo ha sido interpretada por algunos especialistas como una estrategia para evitar que tal edificio fuera considerado una simple extravagancia personal.
Las dimensiones del teatro eran enormes. La cávea contaba con
La arquitectura de este teatro, aunque basado en los griegos, suponía diferencias fundamentales y marcaría el prototipo de teatro romano, estableciendo la tipología estructural que sería ampliamente repetida en teatros y anfiteatros por todo el mundo romano. Al contrario que los teatros griegos que eran edificados aprovechando las pendientes naturales de laderas o montañas para construir la cávea, en Roma ésta se apoyaba en una estructura formada por corredores abovedados que desde el nivel de la calle permitían acceder a las distintas partes del graderío. Esta sofisticación del teatro no supuso que los romanos no aprovecharan las pendientes naturales del terreno para edificar sus teatros, pero sí les permitió construirlos en zonas llanas. El recinto finalmente era cerrado por un frente de escena de mucha mayor entidad que en los teatros griegos, lo cual mejoraba la acústica del recinto y además permitía controlar el acceso al mismo.
La zona fue excavada por orden
de Mussolini
durante las décadas de los 20 y los 30 del siglo XX. Los restos del lado este
del pórtico unido al teatro así como tres de los otros cuatro templos asociados
habitualmente al teatro pueden observarse en el Largo di Torre Argentina. El
cuarto de estos templos sin embargo se encuentra en gran medida bajo la actual
trama de la ciudad. Los escasos restos del templo propiamente dicho se encuentran
en el subsuelo de la Via
di Grotta Pinta, y alguna bóvedas también pueden observarse en sótanos y
restaurante de esta misma calle. El teatro se mantuvo en uso
hasta el siglo V d. C., pero durante la Edad Media siguió
existiendo aunque usado como cantera de piedra.
Estefanía Arce Carrión
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