La “cultura de los
campos de urnas” es un rito de cremación de los cadáveres y su depósito en
recipientes cerámicos alojados en un hoyo en el suelo, propio de las regiones
centroeuropeas, rito que las demás áreas irán incorporando paulatinamente,
aunque manteniendo sus propias tradiciones funerarias.
Aunque el periodo del
Bronce Final europeo se relacione con el desarrollo y difusión de la cultura de
“los
Campos de Urnas”, que parece indicar el inicio de una unificación
cultural, sin embargo todavía se mantiene una fuerte personalidad en las
distintas áreas (sistemas de asentamiento, ritos de enterramiento, fabricación
de útiles), a pesar de existir una fuerte corriente de intercambios potenciados
por el gran aumento de la producción de piezas de bronces.
Al igual que este tipo
de rito funerario se difunde por otras regiones, también determinadas
producciones atlánticas u orientales son aceptadas fuera de sus áreas
originales, es decir, no solo existe una sola corriente de difusión desde
Centroeuropa hasta la periferia, pero sí es la más destacada e innovadora en
este periodo.
·
Periodización
Las áreas culturales
del Bronce Final coinciden, a grandes rasgos, con las existentes en el Bronce
Antiguo y Medio de las cuales son herederas dentro de un proceso evolutivo en
el que resulta muy difícil señalar fronteras cronológicas. Se trata de unas
periodizaciones realizadas a partir de la documentación aportada por materiales
y yacimientos de los grupos de “los campos de urnas”, pero no tiene una
aplicación en las áreas en las que no se encuentran estos restos materiales.
Además, ninguna de las periodizaciones tiene una fácil aplicación localmente,
por lo que hay que adaptarse a cada caso concreto.
·
Áreas Culturales
Tan difícil como hacer
una cronología resulta definir las áreas culturales, de características
suficientemente homogéneas y diferenciadas. No obstante existen círculos bien
definidos, que hunden sus raíces en el Bronce Antiguo y Medio aunque, a veces,
mantengan rasgos comunes y sus fronteras se encuentran más o menos
desdibujadas. Estas son:
- Europa central
- La fachada atlántica
- Europa nórdica
- Área mediterránea
Desgraciadamente el
conocimiento que tenemos de cada una de ellas es desigual, ya sea por la
intensidad de los trabajos o por los vestigios que nos han podido ofrecer.
·
Europa central
Este área es
considerada tradicionalmente como nuclear, ya que en ella se inicia, desarrolla
y expande la tradición de “los campos de urnas”. Además es la zona de la que
más conocimiento tenemos por dos factores: la intensidad de los estudios en el
área y por haber proporcionado indicios más completos, pero sobre todo por lo
que implicaba la adopción de un nuevo rito funerario, que entramaba un cambio ideológico.
En un primer momento
este cambio fue considerado tan radical que se planteó la irrupción de otros
pueblos en la Europa central y oriental, por presiones migratorias. Esta
hipótesis ha quedado descartada, ya que antes ya se producía el rito de la
cremación, aunque en esta época es cuando se generaliza, coincidiendo con la
región en la que se había desarrollado “la cultura de los túmulos”.
Con respecto a los asentamientos
en esta zona, se observa una cierta continuidad, pero no se puede hablar de un
prototipo de asentamiento, ya que coexisten los poblados en altura fortificados
junto con los abiertos ubicados en valles. La economía se basaba en la
agricultura y la ganadería. Junto a estas actividades básicas, la producción
industrial registra un importante incremento, sobre todo en la actividad
metalúrgica.
Desde el punto de vista
cronológico, los primeros síntomas de adopción del rito de la incineración se
produce entre el 1250 y el 1200, en
torno al lago Riegsee, en la Alta
Baviera, en donde se sigue erigiendo grandes túmulos, aunque estos acogen
algunas incineraciones, esto acompañado de un cambio en la ornamentación de
cerámicas y metales.
Entre el 1200 y 1100
a.C. las tensiones en el Mediterráneo oriental a consecuencia de la caída de
Micenas, la erupción del Santorini y la llegada de los pueblos del Mar,
repercuten en la Europa continental, momento en que comienza a implantarse la
incineración en “Campos de Urnas”, así los viejos túmulos con inhumación van
siendo sustituidos por “Campos de Urnas”, esto acompañado de nuevas modas
cerámicas y prototipos metálicos distintos.
Hallstatt
A1 constituye
el periodo denominado de expansión, que se justifica por la relativa presencia
de prototipos metálicos de fabricación centroeuropea en otras áreas, quizá
favorecido por la inestabilidad y el vació de la caída de Micenas, responsable
probablemente del aumento de la producción de armas. En este momento se observa una cierta
regionalización de las distintas aéreas, pudiendo distinguirse tres:
·
- El Danubio Medio
- Alemania oriental y Polonia occidental: grupo de Lausacia
- Eslovaquia oriental y Transilvania occidental: grupo de Tisza
Hallstatt
A2, B1 y B2 1100-750 a.C. momento de estabilización
de los “Campos de Urnas”, que coincide con una época de prosperidad. En esta
época se configuran dos bloques:
·
- El sector oriental: Danubio Medio, Lausacia y Tisza.
- El sector occidental: se extiende desde Baviera hasta el centro de Francia
En este momento, esta
práctica ya está plenamente adoptada en toda el área nuclear incluido el valle
del Rhin, además de que la prosperidad y la estabilidad del momento facilitan
los intercambios comerciales que conllevan también un importante intercambio de
ideas que aceleran las innovaciones.
Hallstatt A2 1100-1000
y Hallstatt B1 1000-850, son periodos de una manifiesta continuidad, mientras
que Hallstatt B2 debe ser considerada como una etapa de transición a la Edad
del Hierro, que se caracteriza por una mayor muestra de jerarquización social y
por un creciente barroquismo en las ornamentaciones.
BLASCO, Concepción. El Bronce Final. Madrid, 1993.
Estefanía Arce Carrión
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